Hace ya muchos años, casi en los albores de Hollywood y durante la primera guerra mundial, se creó el conocido como Star system. En este, ciertos actores eran impulsados por contratación a aparecer en los diferentes filmes hechos por una compañía, creando una cara conocida y confiable para los espectadores, que se sentían así atraídos a las salas. Este sistema, como todos sabemos, perdura a día de hoy: Leonardo DiCaprio, Tom Holland, Charlize Theron, Zendaya... Todos son actores a los que vemos en un par de películas cada año. Y seguro que mas de una vez hemos pensado "anda mira, sale *****, debe de estar guay", o puede que otras ni siquiera lo hagamos conscientemente, pero nos hayamos visto atraídos por esas películas en cierta parte por ello. Pero, ¿por qué digo que es una estafa?
Bueno, para nada quiero decir que los mencionados sean malos actores. Por lo general, son buenos y se han ganado un reconocimiento (no, Sam Worthington, tú no), pero hay problemas. Para empezar, la ficción de la película pierde cierta verosimilitud cuando la cara del protagonista es perfectamente conocida por nosotros en muchos otros contextos. Además, el actor puede apropiarse de la obra hasta el punto de ser más destacable que ella, y no por merecerlo realmente. ¿Acaso alguien recuerda El renacido por algo más que el Óscar a DiCaprio? ¿Hubiera sido lo mismo Spiderman: No way home sin Andrew Garfield y Tobey Maguire? Todo esto por no hablar del cansancio y el conformismo que puede generar el no conocer caras nuevas. Pero, como siempre, es lo que vende.
Al final, queda poco más que el ego del actor rodeado por gente que se lo facilita. Y esto es ridículo. No estamos hablando de Georgès Meliès, que hacia a mano sus escenarios y efectos, dirigía y actuaba. Estamos hablando de un trabajador más, que debe ser ensalzado en su justa medida frente a los demás. Pero tendemos a establecer cultos hacia la personalidad de cualquiera que nos haga pasarlo bien un rato de forma unidireccional. Y ellos son la cara más visible. Esto además perjudica a actores menos conocidos, que no tienen oportunidad de competir salvo en contadas ocasiones, y que cuando lo hacen y destacan no pueden sino unirse a este sistema.
Antes de desviarnos más, volvamos con el tema de lobezno. Recuerdo la incertidumbre sobre quién interpretaría al nuevo lobezno. Tenía ganas de ver a otro actor en el papel, curiosidad como mínimo. Ahora sé que volvemos a lo mismo otra vez, y me hace sentir cansado. Pero internet se ha roto con esta noticia. Estamos haciendo exactamente lo que decía, poner al actor por encima de todo, darnos el atracón despreocupado. No es lobezno, es Hugh Jackman, y otro actor ha perdido la oportunidad, pero los fans han perdido la poca variedad que aún puede ofrecer Marvel.
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