The Witcher y el actor bandera

Una cuarta temporada de la serie de Netflix The Witcher ha sido anunciada recientemente. Sin embargo, Henry Cavill no interpretará esta vez al protagonista sino que será Liam Hemsworth el que tomará el relevo. Ante esta noticia, los aficionados han saltado escandalizados contra la decisión, llegando al punto de pedir que se cancele la serie si el actor de Superman no continúa. ¿Qué ha pasado aquí?

Ya he hablado alguna vez aquí sobre el Star System y cómo nos manipula al tiempo que envenena la industria. Grandes actores son las portadas de producciones que se valen de su nombre y cara para destacar. Enormes campañas de marketing los tienen hablando de temas tan importantes como qué sabor de helado prefieren. Esto desemboca en fans que endiosan al actor o actriz a la cabeza hasta el punto de posar todo el atractivo de la obra hacia su persona. No existe The Witcher: Henry Cavill es The Witcher, nada más que un escaparate para que disfrutemos de su porte. 

Esto no es más que un caso más del culto a la personalidad tan relevante en nuestro tiempo. El acercarnos a ídolos cada vez más numerosos por su fácil creación. Pero no quiero decir que el carisma de un actor no pueda usarse en pantalla. Terminator, Iron Man o Kill Bill son ejemplos de que esto es compatible con una buena obra. Sin embargo, deberíamos plantearnos cuánto nos manipulan valiéndose de nuestra capacidad para el chismorreo, el interesarnos por el continente más que por el contenido. Porque de esta manera no consumimos porque nos enriquezca o nos interese, sino que lo hacemos porque toca. 


 

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