The Northman es una adaptación libre a filme de la famosa leyenda escandinava de Amleth, escrita por Saxo Grammaticus, pero más famosa por ser luego adaptada por William Shakespeare en Hamlet. Aquí, seguimos la historia del príncipe Amleth, hijo de Aurvandil, rey de Islandia y para el cual la guerra lo es todo, tal y como se lo hace entender a su hijo. Cuando su tío Fjolnir asesina a este, Amleth debe huir y preparar su venganza y el rescate de su madre, tomada aparentemente a la fuerza. Tras muchos años de sangrientas peleas y saqueos que forjan su carácter y sus habilidades, descubre que su tío fue depuesto como rey y ahora es ovejero en Noruega, por lo que se hace pasar por esclavo para llegar hasta él. Por el camino, conoce a Olga, una bella esclava con la que iniciará una relación amorosa y colaborará para acabar con su enemigo. Mientras trabaja y se gana la confianza de Fjolnir, descubre que su madre vive como su esposa, incluso teniendo un hijo con él. Tras conseguir una legendaria arma que será el instrumento de su venganza, inicia su ataque matando en la oscuridad a miembros de círculos cada vez más cercanos a su tío, pero cuando se descubre a su madre se enfrenta a una terrible verdad: fue ella quien pidió la muerte de Aurvandil, pues había sido tomada esclava por este de joven y estaba harta de su obsesión por el combate. Totalmente confundido y ya descubierto, Amleth mata al hijo mayor de Fjolnir y huye a las montañas cercanas para preparar su siguiente ataque, pero se ve apresado al volver para rescatar a Olga. Tras ser torturado, huye con la ayuda de esta, y descubren que ella está embarazada. Decididos a vivir tranquilos, ambos montan en un barco para iniciar una nueva vida, cuando Amleth se ve asediado por la idea de que mientras Fjolnir viva su familia no podrá estar tranquila, y su descendencia no será asegurada. Así, se lanza de vuelta, atacando la granja y matando por accidente a su madre y a su hijo pequeño, medio hermano de él. Su gran antagonista, tras ver esto y mientras entierra a su familia, sólo le dice que le encontrará en un cercano volcán en erupción, donde tendrán su última pelea. Una vez allí, ambos se enfrentan con fiereza hasta que se matan el uno al otro. De esta manera, Amleth se sacrifica por el bien de su familia.
Según la película avanzaba, y por mucho que la disfrutaba, no podia parar de pensar en lo anacrónico que parece una pelicula que se vanagloria de la fantasía violenta masculina en este año y por parte de un director tan transgresor como es Robert Eggers. Pero luego me di cuenta de algo.
Ya en La bruja, podemos ver a qué lleva a una familia la obsesión cristiana con el pecado, Dios y el diablo. Son personajes llevados por lo que creen que debe llevarles, obsesionados por algo que creen fuertemente que deben hacer. Eso en un contexto cristiano, cuando The Northman está ambientado en el paganismo nórdico, una religión que engrandece la guerra y el combate como fin último, y como lo que asegura al hombre un lugar eterno en el más allá, donde podrá seguir combatiendo. A lo largo del filme, las visiones de Amleth en la que fuerzas más poderosas le encomiendan que continúe con su gesta tienen un aire onírico, completamente irreal. Porque esto no es más que sus cerradas creencias empujándole a un destino absurdo.
Todo esto me resulta un paralelismo con la idea actual del hombre que protege, provee y mata por su familia. Una imagen arcaica que desplaza a las mujeres a un papel secundario. Pero pensándolo desde su perspectiva, la madre no es el villano. Ella quería una vida mejor. Él, en cambio, contaminado por las ideas de su padre, sólo busca la gloria en la venganza, aún cuando esta no le dará realmente nada salvo ese absurdo orgullo. Fjolnir, sin ser en absoluto un héroe, es alguien que vive de forma tranquila y en comunión con aquellos a quien aprecia. Incluso cuando a este ya no le queda nada, Amleth decide matarlo, aún cuando esto lleva a su propia muerte, y deja sola a Olga para que se encargue de su descendencia. Porque claro, su semilla ya está puesta, y eso es lo más importante.
En una historia que asemeja a los hombres a animales, este es un final digno. Ha conseguido su fin último, la reproducción. Sin embargo, desde una perspectiva más humana y lógica, lo ha dado todo por el absurdo. Y ahí, para quien quiera verlo, podemos encontrar este mensaje en contra de nuestra imagen de hombre, del absurdo del orgullo masculino y de cómo nuestra existencia puede aspirar a más si tan sólo nos salimos de lo que está establecido para nosotros.
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