No sé mucho de política. O al menos no creo saber mucho, a pesar de haber leído sobre ello. Puede que sea porque la idea de política en mi país está tan contaminada que se ha convertido en otra cosa. Pero esto probablemente no se aplique sólo a mi país. En cualquier caso, todos estamos expuestos a ella.
Series como The Boys y sus héroes de ultraderecha ganando terreno, o House of the Dragon y la clara crítica a las monarquías clásicas (que no tanto las nuevas, renovadas con una máscara progresista y con personajes más "buenos") son claros ejemplos de situaciones políticas planteadas en ficción completamente mainstream. Los Asesinos de la Luna, de Scorsese, toca con más o menos acierto y crítica el tema de la colonización de Norteamérica. Creo que hay un claro auge a la par que, irónicamente, grupos de personas se empeñan en que la política no debería de tocar el entretenimiento. A eso, no hay nada que decir salvo el clásico "todo es política". Los ejemplos que he dado son los más obvios, pero si te das cuenta hasta el blockbuster de superhéroes más palomitero tiene algún mensaje político y expresa ideas sobre cómo debería o no debería funcionar el mundo.
He oído más de una vez preguntarse cómo los gobiernos del mundo permiten que cosas tan aparentemente críticas con ellos circulen por ahí e incluso se hagan tremendamente populares. Pues he aquí varias respuestas.
Primero, ¿no es mejor que vean que permites a la gente ver eso para que crean que lo compartes? Si el gobierno no lo censura es, primero, porque respeta los derechos de libertad individual para acercarnos a las obras que queramos, y (probablemente) segundo, porque es un buen gobierno y esa crítica no va hacia ellos... ¿verdad?
Segundo, pudiendo ganar dinero a costa de ello, ¿por qué iban a evitarlo? El entretenimiento mueve cantidades obscenas de empleo y dinero, y renunciar a eso sería absurdo en un mundo capitalizado donde cada dos por tres los mandatarios sacan pecho de sus cifras.
Así, si nos fijamos, la censura sólo ocurre o en estados principiantes dictatoriales que se sostienen sobre una cuerda floja sujetada por superpotencias (quizá es la única forma de sentir que son independientes), en estados totalitarios extremos o en estados profundamente religiosos. En el resto puede llegar a ocurrir, pero son casos tan sonados que acaban dando un paso atrás o alguien se las apaña para filtrarlo a todo el mundo.
Ver estas series no nos hace más revolucionarios. Ver la matanza de Tulsa en Watchmen es impactante y habla de algo que no todo el mundo sabe y debería saber (yo mismo), pero una vez la serie acaba, empezamos otra. Y otra. Y otra. Y esa es la tercera razón por la que no se censuran. Porque, como en la antigua Roma el circo, es muy divertido. Y el espacio para pensar fuera de lo establecido está en el aburrimiento, o en la contemplación, según quieras verlo. Da igual lo impactante que sea un mensaje político, sólo existe como un entretenimiento más. Y cuantos más haya, cuanto más contenido tengamos por consumir más rápidamente saltaremos de un mensaje a otro hasta que se borren de nuestra cabeza entre luces y colores. Sabiendo esto... ¿Por qué narices censurar nada? Mejor dejar que nos atiborremos y compremos merchandising.
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